miércoles, 6 de noviembre de 2013

DEL AÑO DE LA FE al 50 aniversario de SACROSANCTUM CONCILIUM, 1963-2013.


Del Año de la Fe al 

Adviento del nuevo año 

litúrgico (A) 2013-2014.

50 aniversario de la promulgación de la

Constitución conciliar sobre la 

Sagrada Liturgia.








El “Año de la Fe” comenzó el 11 de octubre de 2012, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, en el pontificado de Benedicto XVI, y se clausura el domingo 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, en el pontificado del Papa Francisco.


Casi inmediatamente, el 4 de diciembre de 2014, en la primera semana del Adviento, se cumplen los cincuenta años de la promulgación por el Papa Pablo VI, juntamente con los Padres Conciliares, de la constitución Sacrosantum Concilium, que ha dado origen a la renovación litúrgica, el fruto más visible de toda la obra conciliar.



DEL AÑO DE LA FE AL AÑO LITÚRGICO, EN EL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO  DE LA PROMULGACIÓN DE "SACROSANCTUM CONCILIUM" 

1. Del Año de la Fe a la liturgia renovada del Concilio:

2. La comunión en la unidad de la Iglesia, garantía de “la medida y el equilibrio de la fe”.

3. Los sacramentos de la fe.

4. La Palabra y sacramentos.

5. La fe alcanza su máxima expresión en la Eucaristía.

6. La celebración dominical del sacramento de nuestra fe.

7. El año litúrgico y el crecimiento en la fe,

y 8. Del “Año de la Fe” al año litúrgico de la Iglesia:
(Para la reflexión personal, y eventualmente en grupos).
Interrogantes cuya respuesta se halla en los anteriores epígrafes que se pueden encontrar viendo el artículo completo.

Cuando una puerta se cierra, otra puerta se abre. Se cierra la puerta del Año de la fe, cuyos objetivos han sido “introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe”, y lograr “que los textos dejados en herencia por los padres conciliares, según las palabras del beato Juan Pablo II, «no pierdan ni su valor  ni su esplendor» (cf. Porta Fidei nn. 4 y 5).

Terminado este tiempo de caracter extraordinario, se abre, con el Adviento, el nuevo año litúrgico del ciclo A, en el que no hay por qué abandonar los objetivos propuestos para el Año de la Fe, con tanta mayor razón cuanto que ahora entramos en el quincuagésimo aniversario de la promulgación, dentro del Vaticano II, de la constitución sobre la Sagrada Liturgia.

En el umbral del Adviento, unos cuantos interrogantes pueden orientar nuestra reflexión y, eventualmente, el diálogo:

1. En el Año de la fe ¿se ha incrementado en la práctica pastoral el convencimiento de queEn verdad toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia (SC 7)” .

2. Al cumplirse el quincuagésimo aniversario de la constitución Sacrosanctum Concilium, ¿cómo este documento conciliar «puede ser y llegar a ser cada ver más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia” (cf. Porta Fidei 5) ?

3. ¿En qué medida determinadas manifestaciones de fe, se alejan de las acciones verdaderamente litúrgicas con el riesgo de particularizarse y subjetivizarse, y de acentuar y priorizar unos aspectos de la fe sobre otros, de manera que se pongan en peligro “la medida y el equilibrio de la fe”.

4. Para transmitir la riqueza de la Tradición viva de la Iglesia hay un medio particular, que pone en juego a toda la persona, cuerpo, espíritu, interioridad y relaciones. Este medio son los sacramentos, celebrados en la liturgia de la Iglesia. ¿Cómo este medio puede llevar mejor a una memoria del misterio de Cristo  encarnada, ligada a los tiempos, lugares y circunstancias de la vida?

5. “La naturaleza sacramental de la fe alcanza su máxima expresión en la eucaristía, que es el precioso alimento para la fe, el encuentro con Cristo presente realmente con el acto supremo de amor, el don de sí mismo, que genera vida” (LF 44). ¿Constituye la celebración eucarística el verdadero centro de interés de la práctica pastoral?
6. La celebración dominical de la Eucaristía ha de ser el centro de la vida cristiana. El encuentro con Cristo en la Eucaristía suscita el compromiso de la evangelización y el impulso a la solidaridad; despierta en el cristiano el fuerte deseo de anunciar el Evangelio y testimoniarlo en la sociedad para que sea más justa y humana (Doc. de Aparecida 4)? ¿Es  la eucaristía dominical el centro de la atención de pastores, asociaciones y fieles en general?

7. El año litúrgico es un medio instituido por la Iglesia para hacer presente a su Señor en la evocación sucesiva de sus misterios o acontecimientos salvíficos de su vida histórica y, a la vez, para incorporar progresivamente a los hombres a la acción santificadora que deriva de ellos. ¿Se utiliza verdaderamente como método principal para la participación en el misterio pascual de Cristo?

8. La Iglesia llama tesoros bíblicos al Leccionario ¿ En qué medida el Leccionario (con sus tres ciclos, tres lecturas, salmo responsorial, lectura continuada o semicontinuada, lecturas del Antiguo Testamento en relación con el evangelio) constituye un tesoro bíblico para la formación de los fieles en las celebraciones litúrgicas?

9. ¿Constituye la Pascua del Señor, (que se celebra cada semana en el día llamado del Señor, el domingo, y una vez al año en la gran solemnidad de la Pascua -SC 102-) el centro de atención de la pastoral?

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